“Mi papá nos enseñó esto. Con esto nos crió y yo seguí en las mismas: ayudándole y me quedé. Hace años hacíamos arretrancos (cordaje que se usaba para montar o cargar al ganado), tapas y demás cosas. Lo hacíamos en otro telar, más pequeño, donde podíamos sacar menos cosas…”
Así relata el guarneño Misael Herrera cómo la tradición cabuyera en Guarne se convirtió en su estilo de vida y cómo con su trabajo levantó los 12 hijos que tuvo con su esposa. Entre hilos de su telar, este hombre, institución de la cabuya en su municipio, contó su historia.