Uno de los sueños de muchos colombianos: conocer el Vaticano y por supuesto Roma con todos sus atractivos. Allá estaban en medio de un sueño cumplido ocho colombianos, hombres y mujeres oriundos del municipio de El Retiro. Directamente desde el Oriente Antioqueño, estaban en Europa, pero lo que comenzó como un dulce sueño terminó siendo una amarga pesadilla y, así mismo, lo que comenzó con un delicioso almuerzo terminó con un trago de la más amarga hiel.
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En el almuerzo no hubo cuentas claras ni chocolate espeso. En medio de su viaje y en su visita por el Vaticano, la familia guarceña salió a comer a un restaurante llamado Café Vaticano, al frente de la santa sede.
La carta estaba en italiano y en inglés, entonces como desconocemos los dos idiomas, le pedimos el favor a uno de los meseros que nos explicara la carta. El hombre llegó y me explicó, y empezó a explicarme muy bien todo
comenzó narrando el hombre que lideraba a la familia.
Él le preguntó que qué les recomendaba y el mesero les dijo que unas carnes: “Ahí al frente de cada carne decía 8 euros, entonces pedimos dos carnes; pedimos cinco caldos que no estaban en la carta pero el nos dijo ‘¿No les provoca un caldo antes?’, entonces pedimos como un caldo de pescado y él no nos dijo en ningún momento el precio; pedimos cinco lasañas y dos espaguetis y el hombre nos dice que la lasaña viene acompañada de albóndigas y que viene acompañada de salsas”, comentó el hombre víctima de la estafa.
Todo iba muy normal hasta el momento en que él pidió la cuenta: “Me la trajo otro mesero que ya no hablaba español”. El susto que se llevó el hombre fue tremendo. Le pidió a su hija que le llevara una carta para comparar precios.
Me pareció descomunal la cuenta. Cuando mi hija fue por las cartas ninguno le quiso pasar una, se le hicieron los que no le entendían. Entonces la niña vio que había una carta encima de una mesa y la cogió
continúo narrando el hombre.
Posteriormente, él llamó a uno de los meseros y le dijo que la carta indicaba que la carne costaba 8 euros, que por qué le estaban cobrando 90 euros. Frente a esto le respondieron “Ah, no, es que es por gramo”, y entonces él le manifestó que “Usted no me explicó eso en el momento que yo le dije que me explicara la carta (...) Yo le dije: ‘Explíqueme bien la carta para que no tengamos enredos’”.
El mesero le dijo que la carne la cobran por gramos. Por cada 100 gramos son 8 euros. “¿Cuánto pesa la carne?”, preguntó, y le dijeron que la carne pesa un kilo, a lo que él respondió: “Un kilo, ahí hay 10 veces 100 gramos, entonces ¿por qué me estás cobrando 90 euros si se supone que, si son 10 veces, serían 80 euros?”. La réplica del mesero fue: “Es que eso pesa la carne, pero es que también le pesamos las papas y la ensalada”.
Esto no solo sucedió con la carne, sino con todos los alimentos que pidieron. Respecto a la lasaña le dijeron que hasta cobraban las salsas pesadas. En otros productos le reconocieron un error en el cálculo y le cambiaron la factura en tres ocasiones.
El mesero, según narra el hombre víctima de la estafa, le dijo finalmente en un tono amenazante: “Si usted pasa estas facturas en alguna red o en alguna cosa, yo lo demando a usted porque esas facturas no son del establecimiento”.
Al final de la situación y en medio de toda la confusión, el hombre decidió pagar. Estaba con su familia y decidió no permitir que la situación afectara el viaje.
La pregunta del hombre víctima de la estafa es “¿Por qué esta gente, estando a todo el frente del Vaticano, todavía sigue operando, y por qué aquí en Colombia a un extranjero le cobran un millón de pesos por una mojarra y esa noticia le da la vuelta al mundo, y ese restaurante lo hicieron cerrar, y por qué a uno como colombiano y a mucha gente que este restaurante ha estafado siguen todavía operando?”.
Esta experiencia no solo ha sido vivida por ellos. En la página de TripAdvisor, el restaurante Café Vaticano cuenta con más de dos mil comentarios en los que las personas denuncian estafas por parte del establecimiento.