Finalizando el primer trimestre del año, la Orquesta Sinfónica de El Santuario culminó su primera temporada de conciertos 2019 con aplausos de pie por parte de los asistentes en los municipios de El Retiro, El Carmen y por supuesto, El Santuario. Este proyecto, liderado por Daniel Aguilar, director de la orquesta, pretende consolidarse anualmente con cuatro temporadas en diferentes localidades de la región.
Música Heroica tuvo por nombre esta temporada en la que el ensamble de los 51 músicos, guiados bajo la batuta de Aguilar, interpretaron obras como La Obertura El Murciélago, Op. 363 de Johann Strauss (1825-1899), el Concierto para Fagot en Mi menor, Op. 484 de Antonio Vivaldi (1678-1741), el poema sinfónico Danza Macabra, Op. 40 de Camille Saint-Saëns (1835-1921) y el 1mer movimiento de la Sinfonía No.5, Op. 67 de Ludwig van Beethoven (1770-1827).
La Sinfónica de El Santuario, como es conocida desde hace ocho años, cuando inició su proceso académico y social con niños y jóvenes de El Santuario, ha logrado conformar un grupo sólido de músicos que tocan vientos madera, vientos metal, percusión sinfónica y cuerdas frotadas, consolidando además los procesos musicales formativos de la Escuela de Música Roberto Pineda de esa localidad.
“La importancia de tener estas orquestas es la posibilidad de cambiar el imaginario completo y el curso en la vida de alguien. No es común, hoy en día, que la música como opción de vida sea una herencia; entonces en la medida que haya estos espacios, hay posibilidad de que alguien entienda que la música cambia vidas y es posible encontrar en ella una elección de vida. Hoy, El Santuario, proporciona eso con la orquesta”, dijo Daniel, licenciado en Violonchelo de la UdeA y quien ha realizado estudios de Maestría en The University of Southern Mississippi, Estados Unidos.
Con el firme propósito de extender la música en el territorio, el ensamble trabaja actualmente en consolidar sus temporadas de concierto, montando a la fecha el tributo a la legendaria banda de rock, Queen, en compañía del Estudio Polifónico de Medellín. ¡Felicidades y éxitos, muchachos!
