“Flor, te voy a matar” fueron las palabras que escuchó la lideresa social, Flor Gallego, una mujer que ha luchado por la verdad y el reconocimiento de las víctimas del Oriente Antioqueño. El mensaje lo gritó un hombre del que hoy no se tiene registro ni del rostro ni del nombre.
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Los hechos ocurrieron en la noche del 22 de octubre después de salir de una misa. Ella estaba caminando por la Calle de la Cerámica, distante de dos cuadras del parque principal de El Carmen de Viboral. Estaba concentrada en su celular cuando un hombre la miró y le dijo: “Te voy a matar”, lo repitió tres veces.
Yo ya dije, esto es raro. ¿Por qué tiene que mentar mi nombre si yo no conozco a este hombre? Miré si había Policía y no vi nada
narró Flor Gallego.
Con pánico, ella entró a una panadería y desde ahí empezó a alertar sobre la situación a los compañeros que la han acompañado en la lucha: hombres y mujeres que buscan territorios en paz. Justo ese día, había conversado con el Ministerio de Defensa sobre la seguridad de los líderes sociales y había alzado su voz en rechazo por la masacre ocurrida en San Rafael.
El 23 de octubre el Ministerio Público activó el protocolo para salvaguardar la vida de Flor. Sin embargo, agentes de la Policía no le recibieron la denuncia porque “ese hombre es un loco. ¿Usted a quién va a denunciar si es una persona que no conoce?, ¿cómo lo vamos a buscar?” le dijo un agente en la estación de la Policía de Rionegro.
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Finalmente, la Fiscalía General de la Nación recibió la denuncia y, hasta ahora, la cobijan entidades del Estado y organizaciones defensoras de los derechos humanos de la subregión y de Colombia. A propósito, en varios comunicados de prensa han rechazado las amenazas que recibió la lideresa.
Exigimos a todas las autoridades que se sumen a las manifestaciones de rechazo y tomen acciones encaminadas a proteger la vida de Flor Gallego, pilar de nuestro movimiento
escribió el Movimiento Social por la Vida y la Defensa del Territorio.
Según la Defensoría del Pueblo, en los primeros seis meses del año se registraron 407 conductas de vulneración contra los líderes y defensores de derechos humanos en Antioquia: atentados, amenazas y homicidios.
