Durante tres años EPM se une al proyecto Banco2 de Cornare, con aportes por $ 1.209 millones.
Muchas son las vicisitudes que a diario viven cientos de campesinos a lo largo y ancho de todas las regiones del país. Dichas precariedades que atraviesan los campesinos en gran parte son producto de la mala remuneración a sus trabajos como agricultores y labradores de la tierra.
A todo lo anterior, la región del Oriente Antioqueño con sus 23 municipios no es ajena, mucho más cuando durante décadas el conflicto armado agudizó, y es que allí no solo se sufría el miedo por perder la vida sino también el miedo a salir de casa a conseguir el sustento, pues los caminos solo eran trajinados por pasos de muerte, ni qué decir de los cultivos, esos estaban sembrados pero por trampas mortales.
En medio de la adversidad, las 23 localidades de la Región hoy son ejemplo de resurgir, hasta los bosques a la fecha ya hacen pactos de reconciliación.
BanCO2 el proyecto de pago por servicios ambientales que vincula a empresas y ciudadanos con la conservación de los bosques, es una de las grandes pruebas de que sí es posible y que hasta el medio ambiente pide la paz.
La iniciativa liderada por Cornare, pretende recompensar económicamente a campesinos de la Región que cuiden los bosques, preserven los árboles y la fauna que allí habita como compensación a la huella de carbono generada por las diferentes actividades destructivas en contra del medio ambiente y así de paso mitigar las necesidades económicas de los cuidadores ambientales.
Estrella Echeverry es precisamente una de las protagonistas de que BanCO2 sea posible. Ella es una mujer del campo que sufrió en carne propia el flagelo de la guerra. Tiene unas tierras en la vereda La Granja del municipio de San Rafael desde donde se ha convertido en protectora de bosques cuidando 12 hectáreas.
A Estrella Paramilitares le asesinaron su compañero sentimental quien era un líder comunitario, fue desplazada y luego retornó a su vereda en el 2007, sin embargo al regresar solo encontró destrucción a su paso y personas que ya se habían adueñado de lo suyo. Esa situación hace más valerosa su apuesta hoy en día por recuperar el paisaje y garantizar mínimos vitales no solo para ella y su familia sino para tantos que dependen del oxígeno que garantiza la preservación de ese bosque de su vereda.
“nosotros estamos continuamente dándole vuelta al monte, mirando que no entre nadie allí, que no estén talando los arboles porque si nos dañan el bosque nos dañan el agua” cuenta Estrella sobre cómo es el proceso de cuidar los bosques.
Estrella también cuenta que dentro de las responsabilidades de ellos está hacer más reforestación y sembrar más árboles sumado a los que ya hay para que así vaya creciendo más el bosque.
A las fecha hay 56 familias en situación de vulnerabilidad económica asociadas ya al proyecto y cuyo sustento depende del bosque, ellas fueron seleccionadas en zonas rurales de Alejandría, Cocorná, El Carmen de Viboral, San Carlos, San Francisco, San Luis, San Rafael y San Vicente.
A este proyecto se ha sumado EPM, con un convenio que se inscribe como parte de las políticas ambientales y de responsabilidad social empresarial.
El Pago por Servicios Ambientales BanCO2 también se plantea como una estrategia de manejo de impactos ambientales de proyectos de desarrollo, como centrales de generación y líneas de transmisión de energía eléctrica. Según contó en diálogo con MiOriente, Inés Elena Vélez, vicepresidente de transmisión y distribución de energía de EPM, “el proyecto significa a largo plazo ofrecer a familias campesinas opciones de emprendimiento y productividad que los mantengan en el campo, cuidando bosques pero que a su vez puedan ser autosuficientes”.
Las familias recibirán 200 mil pesos mensuales por hectárea de bosque protegida, para un pago máximo de tres hectáreas por beneficiario lo que equivale a 600 mil pesos mensuales. Adicional a ello, las familias favorecidas reciben capacitaciones empresariales en temas relacionados con la protección ambiental y el desarrollo sostenible de la pequeña empresa rural.
Por su lado el director de Cornare, Carlos Mario Zuluaga, afirma que es importante para el Oriente Antioqueño saber que han encontrado en EPM un aliado principal y que el trabajo de los campesinos sobre el cuidado de los recursos naturales y del agua que es la materia prima más importante de EPM, sea reconocido y visibilizado al pago por los servicios ecosistémicos.
Finalmente es así como ya el medio ambiente vive un proceso de reconciliación en medio de toda la destrucción de la que ha sido objeto, y a pesar de que un solo ciudadano emite en promedio entre 5 y 8 toneladas de emisiones de CO2 al año ya se está haciendo conciencia de que hay que sanar dichas heridas, o tal vez en un futuro no muy lejano para la cuenta de cobro entregada no haya capacidad saldo definitivamente.
Ahora Estrella siembra paz en su campo y mengua la difícil situación económica que por años ha atravesado.
Por: Laura Milena Cárdenas Ceballos
