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Concepción, un pueblo donde vive la historia y la belleza

  • Publicacado por El Tiempo - El municipio es Patrimonio Cultural de la Nación desde 1999. Es un lugar de descanso y paz.

    Concepción. Simón Bolívar no es querido en Concepción. Todos los habitantes de ese pueblo escondido entre las montañas del oriente de Antioquia saben que él mandó a matar al general José María Córdova el 17 de octubre de 1829.

    Su delito: no estar de acuerdo con la monarquía que pretendía imponer el fundador de la Gran Colombia. Tres sablazos en la cabeza acabaron con su idea democrática.

  • El crimen no quedó impune. Concepción, donde nació Córdova y su hermano, el coronel Salvador –también asesinado por órdenes de Bolívar–, se lo cobró: en el parque del pueblo levantaron un pedestal al general antioqueño y no al hombre que se autoproclamaba el ‘libertador’.

    Concepción no tiene Plaza de Bolívar, a diferencia de muchos de los pueblos de Colombia.

    Ese episodio de la historia marcó la cotidianidad de sus habitantes. Solo es entrar a las casas coloniales, coloridas, de tejas de barro, balcones adornados con helechos y paredes construidas con esterilla y ‘cagajón’ (mezcla de tierra y mierda de caballo) para notar los retratos del general.

    Todos conocen el relato y se enorgullecen al repetirlo.

    Concepción es pequeño. Solitario. Sus angostas y empedradas calles no fueron planeadas, todas son curvas y llevan al mismo lugar: la Plaza José María Córdova.

    En la mañana de los domingos se escucha el sonido de las herraduras de los caballos. A galope vienen los campesinos de 24 veredas que tiene la zona rural del pueblo.

    Y aunque la diferencia no es mucha –se sigue viendo poca gente– el hermoso lugar se llena de vida ese día.

    Su clima es cambiante. Llueve con frecuencia, lo que convierte a sus calles en románticos y apacibles caminos.

    Para llegar al pueblo desde Medellín hay que sortear una carretera destapada durante más de una hora. Pero el premio a ese esfuerzo se siente al llegar y tomarse un tinto o una cerveza en el Café Social, una suerte de club que ha estado en la misma esquina durante 86 años.

    Oscar Cardona es su propietario. Lo heredó de su padre, don Rafael Alberto. Entre las curiosidades que tiene en el lugar es una mesa donde firman todos los personajes que van allí. Sergio Fajardo y el general Álvaro Valencia Escobar le dejaron su firma y par fotos.

    Pero más maravillo aún es la casa de Bolívar Aguilar. Una quebrada pasa por su patio. Los adornos dan cuenta de que el pasado no se ha ido de allí: amplios solares con plantas por doquier, espejos viejos y el lavamanos afuera del baño.

    Volviendo a los capítulos históricos, la casa donde nació José María Córdova, hoy un museo, mantiene vivo el recuerdo del prócer. Incluso, tienen el cajón de armas que usó en la batalla de Ayacucho, la más histórica de su vida.

    Él, siendo ya general, también conoció los campos, las cascadas que caen de sus montañas, los límpidos charcos donde hoy nadan nutrias y patos de torrente, que al conocer el pueblo decidieron no emigrar más hacia Canadá, para qué, si en Colombia encontraron un hogar.

    YEISON GUALDRÓN - ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO

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