Con el fin de disminuir el uso del tradicional Clínker (material base para la elaboración del cemento) y de incorporar arcillas activadas térmicamente (puzolana artificial), que hace que el cemento sea más amigable con el medio ambiente, Argos inició la fabricación y distribución de cemento verde, en un proceso que contó con una inversión superior a los 78 millones de dólares.
“Con este proyecto estamos siendo protagonistas de la industria y sembrando las semillas del Argos del futuro, que arranca hoy una nueva línea de producción en Ríoclaro, pero que tiene un potencial gigantesco de crecimiento en todas las geografías, no solo desde el punto de vista del producto, sino porque es una acción concreta por la sostenibilidad de nuestra industria”, explicó Juan Esteban Calle, presidente de Cementos Argos.
Según manifestó la compañía, esta innovación hace que durante el proceso de producción se reduzcan hasta 38% las emisiones de CO2 y 30% el consumo de energía, en comparación con el estándar de la industria para el tradicional cemento portland. También indicaron que este nuevo producto mantiene la calidad y el desempeño que siempre los ha caracterizado.
La empresa Argos, específicamente la planta Ríoclaro, ha venido evidenciando un importante liderazgo en el uso de combustibles alternativos y búsqueda de sustitutos de sus materias primas, con el fin de disminuir los impactos ambientales generados en el desarrollo de su actividad productiva y realizar un aporte a la sostenibilidad, a través de la disposición final de algunos residuos sólidos, acciones que Cornare, como autoridad ambiental, ha venido validando y controlando permanentemente.