Fue José Fernando Villegas, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) para Antioquia, quien confirmó el hecho: los estudios para la construcción de un “segundo túnel de Oriente” que conecte los valles de Aburrá y San Nicolás va marchando silenciosamente.
MiOriente conoció que el proyecto nació hace 25 años, cuando la empresa Integral S.A. Ingenieros Consultores (afiliada a la CCI) adelantó un estudio para determinar los puntos de conexión entre los dos valles. “Se detectaron seis pasos importantes, entre ellos uno en el sur del Valle de Aburrá, y de esos solo se ha construido uno que está próximo a inaugurarse: el Túnel de Oriente”, explicó Villegas.
En vista del crecimiento urbanístico de Medellín y su Área Metropolitana, así como de los municipios del Altiplano del Oriente Antioqueño, la CCI se dio a la tarea de iniciar los estudios para la construcción de una de las seis conexiones, mismos que, a la fecha, ya fueron presentados a la Gobernación de Antioquia y superaron el proceso de factibilidad.
“Estamos en la segunda fase que servirá para cumplir los requisitos que se necesitan para llevarlo a una etapa más avanzada de diseños, en un proceso que se tomará todo este año porque incluye, por ejemplo, los estudios de tráfico”, dijo el Director Ejecutivo.
Se cree que el acceso al “segundo túnel de Oriente” estaría ubicado en cualquier lugar entre el sector conocido como Ancon Sur y el río La Miel (en el sur del Valle de Aburrá), aunque existe la posibilidad de que haya túneles de acceso en ambos lados. En el Oriente, por su parte, el túnel saldría en las inmediaciones de Fizebad o cerca al peaje que está ubicado en la vía de acceso a El Retiro. No obstante, los puntos exactos de acceso serán determinados por los estudios.
“Las primeras cifras del costo de la obra hablan de un billón de pesos, y se ejecutaría mediante una Alianza Público-Privada (APP); se hace una convocatoria en la que más de 35 empresas asociadas a la CCI estarían interesadas”, concluyó José Fernando.
Lo cierto es que resulta demasiado apresurado conjeturar una fecha para el inicio y culminación de la obra, porque la agilidad en los trámites no dependen totalmente de los autores de los estudios y porque proyectos de tal magnitud suelen tomarse entre cinco y diez años.
