Un contraste de amarrillo, café y verde es lo primero que se divisa desde el malecón de Guatapé. Lo que antes era un paisaje parecido al mar ahora es un pantano. El agua de la represa se recogió de tal manera que alrededor de 150 metros de lodo quedaron a la vista, lo que cambió significativamente el paisaje, un municipio turístico por excelencia.
La represa de Guatapé hace parte de una red de centrales hidroeléctricas de EPM que se encargan de producir la energía que se consume en la región. Debido a las sequías producidas por el verano a finales del año pasado, el embalse de Guatapé sirvió para surtir de agua a los otros embalses que habían bajado su producción energética.
La reducción entonces se hizo con el propósito de equilibrar la producción de energía de EPM, que se había visto afectada por el clima, hasta al punto de dejar la represa con solo el 35 – 40% de su capacidad, lo que convirtió al antiguo malecón, símbolo del municipio, en un arenero que con la lluvia se convierte en un gran pantano.
Lo sucedido con la represa es un nuevo llamado de atención sobre el futuro de este municipio del Oriente Antioqueño. Relativamente cercano a Medellín, Guatapé es un municipio que vive del turismo y ha sido un destino para los amantes del agua pues la oferta en este campo es amplia.
En toda la periferia del malecón están ubicados restaurantes de todo tipo y hoteles que ofrecen diferentes servicios; a la entrada de cada uno hay varios hombres prometiendo rebajas -todos ofrecen rebajas- se disputan los pocos turistas que llegan, a tal punto que recogen a sus clientes donde estén para llevarlos al restaurante y los almuerzos los han tenido que vender a cinco mil cuando antes no se bajaban de siete mil pesos.
Con la reducción de hasta casi el 60% del agua de la represa, la imagen del lugar cambió y el turismo, como lo señala Jesús Humberto López, administrador de Asados mi Casita, se ha visto afectado “porque ya no viene tanta gente”. En donde antes estaban los barcos y planchones esperando a los turistas ahora solo hay tierra y pantano; el trayecto donde ahora parquean es largo y no todos los viajeros lo hacen.
A las dificultades actuales con la represa se suma la baja cantidad de visitantes que por ser temporada baja llegan a Guatapé. No son buenos tiempos para los comerciantes locales que esperan que la situación mejore, pues cuando el embalse está en condiciones normales en un puente festivo al municipio pueden llegar alrededor de 30.000 turistas, lo que los convierte en uno de los destinos preferidos de la región.
Turismo cultural
La represa como centro de las actividades turísticas es una apuesta muy arriesgada que la actual administración municipal no piensa seguir corriendo. Dora Garcés, secretaria de turismo del municipio, dice que “el embalse no puede ser nuestra fuente de turismo” y adelanta que en Guatapé “le estamos apostando al turismo cultural”.
Esa apuesta la apoya el periodista local Oswaldo Jaramillo, quien acepta que por estos días el comercio no la pasa bien pues el aspecto actual del malecón no es tan vistoso para los turistas como lo era antes. Es por esto que cree que para no depender del agua y del turismo náutico está bien que el municipio se incline por este tipo de turismo que, según cuenta, “funciona en otras partes como Santa Fe de Antioquia y Jardín”.
La producción de energía parece haberse equilibrado y las lluvias han regresado, por lo que el nivel de la represa ha ido creciendo paulatinamente. En el pueblo esperan que para mitad de año el embalse regrese a la normalidad y que el turismo, sea náutico o cultural, regrese a la normalidad y les permita trabajar.
El pueblo está solo, las calles están tranquilas y cerca al malecón muchos personajes se sientan a mirar el pantano y a esperar lentamente que suba el agua... para que con ella regresen los turistas.
Colaboración www.delaurbe.udea.edu.co David Araque - [email protected] -