“La violencia engendra violencia, el odio engendra más odio y la muerte, más muerte. Tenemos que romper esa cadena (…) Y eso solo es posible con el perdón y la reconciliación concreta. Y tú, querida Pastora, y tantos otros como tú, nos han demostrado que esto es posible (…) Gracias Pastora, qué gran bien nos haces hoy con el testimonio de tu vida”.
Así se refirió el Papa Francisco, durante el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación en Villavicencio, a Pastora Mira García, la sancarlitana que sufrió la muerte de su padre, su primer esposo y sus dos hijos, Sandra Paola y Jorge Aníbal, a manos de la guerrilla y los paramilitares. En varias ocasiones Pastora cuidó y dio auxilio a los asesinos de sus familiares.
Pastora, quien desde el 2004 trabaja por las víctimas del conflicto armado en Colombia, asistió en el 2007 al primer Día de Solidaridad con las Víctimas realizado en el Senado. Allí, junto a un grupo de personas, llevó la propuesta que se convirtió finalmente en la Ley de Víctimas 1448.
Ahora, después de su encuentro con el Sumo Pontífice, regresa a San Carlos, “bendecida, realizada y agradecida con todos los colombianos, sobre todo con quienes sufrimos el conflicto, por permitirme ser la portadora de su voz y la portadora de la bendición del Papa para todos”. Así lo relató a MiOriente.
Aunque el encuentro del viernes 8 de septiembre en Villavicencio fue el único que tuvo con el Obispo de Roma, “en su bendición me dijo que íbamos por el camino correcto, que lo siguiéramos haciendo y que contáramos permanentemente con sus oraciones y su bendición”.
La sancarlitana, que en dos ocasiones socorrió a los asesinos de sus familiares, trabaja desde hace 13 años para generar espacios de confianza y por establecer con las instituciones del país las rutas que permitan reestablecer los derechos de las víctimas.
Al final de su intervención, Pastora entregó y dispuso a los pies de la Cruz de Bojayá “la camisa que Sandra Paola, mi hija desaparecida, había regalado a Jorge Aníbal, el hijo que me mataron los paramilitares. La conservamos en familia como auspicio de que todo esto nunca más vaya a ocurrir y la paz triunfe en Colombia”.
