Simón Ramírez, un joven universitario, trombonista y ciclista, que fue atropellado por una camioneta cuyo conductor se dio a la fuga en el momento del accidente, pero que luego se presentó donde la familia, falleció en una clínica de la región después de ser declarado con muerte cerebral.
El hecho ocurrió en la mañana del 22 de julio, cuando Simón y su padre, Jhon Jairo, salieron a montar bicicleta como de costumbre. “Salimos a las 5:30 de la mañana a practicar nuestro deporte favorito,” relató Jhon Jairo a MiOriente. “Al pasar por la Universidad de Antioquia, yo me adelanté un poco. Al ver que Simón no llegaba, me devolví y, en el Alto de Quirama, me encontré con la terrible sorpresa de que un carro lo había atropellado.”
A pesar de los esfuerzos médicos, la condición de Simón era crítica. “La esperanza médica no era mucha,” confesó Jhon Jairo. Tenía un hematoma severo que comprimía su cerebro. Si lo operaban, corría el riesgo de no sobrevivir, y si no lo operaban, podía quedar en silla de ruedas, hasta que finalmente la noticia más difícil llegó: Simón sufrió muerte cerebral. Finalmente, el desenlace fue trágico, falleció poco después.
En un acto de amor y solidaridad, su familia decidió donar sus órganos, permitiendo que su legado continúe a través de la vida de otros.
La comunidad del Oriente antioqueño, especialmente La Ceja y Rionegro, ha mostrado su apoyo a la familia Ramírez, expresando sus condolencias y solidaridad.