El drama de la comunidad indígena Embera Katío que reside en Medellín parece agravarse con el paso de los días.
Luego de la violenta toma del edificio de la Alcaldía, en el que 800 indígenas entre ellos 100 niños se enfrentaron a la Policía y en el cual se perdieron varios elementos y una pieza de oro, ahora se suma que 350 pobladores de esa comunidad se tomaron un colegio de la ciudad.
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Los indígenas llegaron a la capital antioqueña desplazados desde Alto Andágueda, en Chocó. En Medellín reclaman ser reconocidos como víctimas del conflicto y piden ayudas para retornar en condiciones dignas a sus comunidades.
Son cerca de 270 adultos y 80 niños quienes llegaron a la sede de la Institución Educativa Héctor Abad Gómez y levantaron cocinas y carpas improvisadas.
Denuncian que en los inquilinatos, donde residían, hay problemas de convivencia ya que son estigmatizados. Por ahora no hay una solución a la vista.