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Gasolina: pasado, presente y ¿futuro?

  • Y hablando de abusos, el gobierno acaba de anunciar un incremento para esta semana de $112 pesos para la gasolina y $110 para el ACPM. Esta suba no tendría ninguna relevancia en un país que no produce petróleo, pero tratándose de Colombia, es extravagante el precio de este combustible.

    Para entender un poco el porqué de estas decisiones, recordaremos lo que sucedió hace un par de años. Todo inició durante la Segunda Guerra Mundial, luego de la Conferencia de Yalta o el Convenio de Yalta, donde a groso modo se repartieron el mundo y sus funciones; Stalin, Roosevelt y Churchill encabezaron estas reuniones y llegaron a unos acuerdos que aparentaban el fin de un conflicto, pero que en la letra menuda escondían lo que hoy día vivimos. Por ejemplo, a los países productores les tocó la función de vender materia prima o Comoditi a los países desarrollados, para que ellos la procesaran y a la vuelta de unos días le vendieran el producto final al país de origen. Para este caso, Colombia debe vender crudo para luego comprar gasolina. Esta es la respuesta para muchos que desconocíamos el tema y nos preguntábamos ¿por qué Colombia siendo rica en petróleo no lo extrae y lo convierte en gasolina sin necesidad de intermediarios? Porque sencillamente los países desarrollados en el mundo no lo permiten.

  • La utilidad está en la trasformación de la materia prima, como lo dice Pedro Juan González, “una cosa es vender sacos de café, otra cosa es vender tintos en New York”. En esa época, el país aceptó con bombos y platillos las decisiones y los acuerdos allí pactados, y entre otras cosas, no han notado que tienen similitud con los Acuerdos de La Habana, donde con la mano derecha nos pintan el paraíso pero con la izquierda nos meten la mano al bolsillo para aprovecharse de la buena voluntad del pueblo colombiano. En fin, retomando, muchos otros productores como nuestro país, nunca pensaron en la posibilidad de que trascurridos unos años cada nación podría llegar a tener los recursos, la tecnología y la mano de obra necesaria para procesar la materia prima.

    Jorge Robledo, Juan Gossain, entre otros, han lanzando dardos al gobierno acerca de las subas injustificadas de la gasolina, reprochando la famosa “ecuación” para el cálculo del precio, ecuación misteriosa y compleja según los politiqueros. ¿Por qué? Porque recuerden que un pueblo ignorante es un pueblo sometido; nada más cómodo para los políticos que desinformar y en eso son expertos. Además, en esta ecuación no puede faltar la mermelada, sin importarles que toda Colombia los observe como en el caso del departamento de La Guajira, región rica en este combustible y en corrupción. No les duele la muerte de los niños Wayú. Para lo que va del año ya son cerca de 70 niños muertos por desnutrición.

    La fluctuación del precio del petróleo internacional desde el 2014 y la variación del precio de la gasolina están estrechamente relacionados, pero sólo en la teoría, porque cómo explicar que el barril del petróleo haya bajado casi a 30USD, pero que la gasolina no haya bajado a la mitad de precio en este mismo periodo de tiempo. Mientras el barril baja de precio en dólares día tras día, el precio de la gasolina en Colombia baja peso por peso. ¡Ah, un momento! Nuestro país entrega la materia prima y nos venden el producto procesado, eso quiere decir que las ganancias se quedaron en el país que transformó el crudo. Qué dolorosa respuesta. Y por si fuera poco, con la reforma tributaria que será firmada por encima de cualquiera, a todos y cada uno de los colombianos nos tocará tapar el hueco fiscal que ha dejado el déficit de Ecopetrol al percibir menos utilidades y por el bajo del  precio del petróleo en los últimos años, sumado a billones de pesos que necesita Santos para el postconflicto.

    Son los consumidores finales (nosotros) quienes asumen el costo de la gasolina. Ya vimos que si el comercializador de la gasolina no sacrifica su utilidad, mucho menos lo harán las empresas colombianas. Ese incremento lo transfieren las aerolíneas, los almacenes de cadena, el transporte público, el turismo y demás empresas de todos los sectores al usuario en el precio de venta. Qué panorama tan preocupante. Se encarecen las canastas y aumentan los impuestos. Toca tapar huecos fiscales y no nos beneficiamos de la bonanza. ¿Saben qué es lo más triste? Que la cosa se va poner peor, porque las reservas petroleras calculan que el material alcanzará para 5 o 6 años, lo que significa que Colombia pasará a ser un país importador de combustible ¿Qué sucederá con el precio de la gasolina, la canasta familiar y la inflación?

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