Por: Andrés J. Rendón C.
Departamento de Humanidades
Universidad EAFIT
El monto global del Presupuesto General de la Nación –PGN- aprobado para 2013 es de $185,5 billones. Su composición arroja una cifra de $97,9 billones para funcionamiento (53%); $40,6 billones para servir la deuda ($27,4 billones en amortizaciones y $19,5 billones en intereses); y $40,7 billones para inversión (22% del total). Se afirma que la suma aprobada es compatible con un déficit del Gobierno Nacional Central del 2,2% del PIB.
Los supuestos macroeconómicos contemplados en el Marco Fiscal de Mediano Plazo –MFMP- son un crecimiento promedio del 4,8% (el último trimestre de 2012 apenas superó el 2%); una tasa de cambio promedio de $1800 por dólar; una inflación promedio de 3,0%; un precio del crudo colombiano de US$101 por barril (hoy ya en US$93.19); una producción promedio de petróleo de 1,06 millones de barriles diarios; y un crecimiento de las importaciones en dólares del 10%.
Sin embargo, varios analistas han cuestionado la ligereza de estos supuestos. En particular, han destacado el impacto que sobre el crecimiento económico y las cuentas fiscales podrían tener variables como la crisis de Europa, la lenta recuperación de Estados Unidos, la posible desaceleración de la China y la desconfianza de los inversionistas.
En primer lugar, la posible desaceleración de China, la crisis europea y el lento repunte de Estados Unidos implicarían una menor demanda por las exportaciones colombianas, en especial por la de productos básicos, con la consecuencia sabida en términos de crecimiento de la economía. En igual sentido operaría un deterioro en la confianza de los inversionistas no sólo por lo anteriormente mencionado, sino por el recrudecimiento de los ataques terroristas.
En segundo término, estas consideraciones tienen doble impacto en las cuentas fiscales. De un lado, estaría la reducción en el recaudo tributario por cuenta de un menor crecimiento de la economía. El MFMP estima, sin contar el sector minero, que un crecimiento inferior en un 1% del PIB colombiano implicaría una disminución de los ingresos tributarios del orden de $750 mil millones. De otro, está la afectación tanto de bajones en la producción de petróleo (terrorismo contra infraestructura), como en su precio (encogimiento demanda por exportaciones de productos básicos). Así, una reducción en la producción del crudo en 100 mil barriles diarios desataría un balance fiscal negativo de $269 mil millones; mientras que una caída de 20 dólares en la cotización internacional del petróleo arrojaría un déficit de $6,04 billones.
Por su parte, una depreciación del tipo de cambio de $10 tiene un efecto fiscal positivo, del orden de $194 mil millones (aumenta la tributación del sector exportador); al tiempo que una mayor inflación en un 1%, algo no descartable, arrojaría un mayor gasto de $850 mil millones.
En conclusión, la alta dependencia de la economía colombiana y de las cuentas fiscales del sector minero debió demandar una mayor precaución en la consideración de los supuestos para la elaboración del MFMP y del PGN. La coyuntura económica internacional y la menor confianza inversionista podrían traer sorpresas económicas desagradables. El impacto fiscal neto negativo podría ser superior a $7,7 billones (1.3% del PIB).