Liborio Mejía, Liii queee??? Sí, más exactamente Liborio José Apolinar Mejía Gutiérrez, tal vez sea extraño que un personaje con un nombre tan sonoro y poco común, un personaje de una grandeza histórica como pocos, además de que en nuestra ciudad existen varios lugares con su nombre, entre estos la plazuela del Alto de la Capilla y el legendario puente que lleva su apellido, es mas hasta un municipio antioqueño lleva su nombre, y tal vez este personaje y su poco ortodoxo nombre para nuestra época, lo hallamos escuchado poco o tal vez nunca antes.
Hoy lo recordamos en este simple y sencillo artículo, porque se cumplen 200 años de su muerte; muerte de la que no huyó pudiéndolo hacer, tuvo la heroicidad y gallardía para brillar en esa terrible época de la naciente república, época conocida como la Patria Boba; Liborio encontró la muerte y a su vez la grandeza en la historia.
Durante la Patria Boba, es decir el periodo entre 1810 a 1816 se viven choques entre las dos corrientes, los Federalistas y los Centralistas, se dan 10 guerras civiles, y en medio de estas se vendría la guerra contra España.
Su historia es novelesca, contextualicémonos. Nació en nuestra hidalga ciudad Santiago de Arma de Rionegro por allá en 1792, estudió derecho en la capital del virreinato, ejerció el comercio, la cátedra y fue un estudioso de la artes bélicas. En esa casona café de dos pisos de la esquina de nuestra plaza principal, casona con varias centurias a sus espaldas, estuvo en el gobierno de la provincia de Antioquia en cabeza del mas mítico gobernante que haya tenido nuestra comarca: Juan del Corral; allí junto al sabio Caldas, quien se encarga de crear las fortificaciones en el sur de la provincia, mientras Mejía asesora y organiza la parte militar; instruyen en la Maestranza, ingenieros militares, entre los que se encuentra un chico llamado José María Córdova.
Tiempo después Mejía se enrola en el ejército liderado por el Fogoso Gutiérrez, y dadas su habilidades militares pasa a liderar los ejércitos.
El 5 de diciembre de 1815 cae Cartagena tras ser sitiada, y se viene en el país el régimen del terror liderado por Pablo Morillo. Camilo Torres renuncia a la presidencia, y en su lugar es nombrado José Fernández Madrid, pero éste ante la incapacidad de organizar y liderar los ejércitos, también renuncia a ésta, entonces se nombra presidente a Custodio García Rovira y Vicepresidente a Liborio Mejía. Ante la imposibilidad de García Rovira para asumir la presidencia en ese momento, ésta es asumida por Mejía, que así, a sus escasos 24 años, se convertirá en el presidente más joven de nuestra historia.
Liborio se enfrentará en la fatídica batalla de la Cuchilla del Tambo a los ejércitos españoles, donde sufrirá una estruendosa derrota; tras perder 500 hombres (200 muertos y 300 hechos prisioneros); su ejército queda reducido a 200 hombres muy mal armados, con los que logra huir a la Plata (Huila), donde se encuentra con García Rovira. Custodio esta allí con su novia Josefa Piedrahita, dama Bogotana que le había robado el corazón, y con la que iba a contraer nupcias, mientras que la primera república caía en pedazos. Se produce el matrimonio y Mejía es el padrino; luego se viene la batalla ante un muy superior ejército Español en armas y hombres, nuevamente son derrotados, así la primera república cae. Liborio, Custodio, su esposa, y el padre que celebrara la unión, son tomados prisioneros, los tres hombres son sentenciados a muerte, la mujer es perdonada pero pierde todos sus bienes.
Santa Fe de Bogotá, 3 de septiembre de 1816, Liborio Mejía es ejecutado.
Ojalá en la conmemoración de los 200 años de su muerte, nos diéramos a la tarea de conocer un poco mas de nuestro héroe, que bueno sería recuperar lo poco que queda de esa casona que en parte fue derruida para dar paso a la Avenida de los Estudiantes, aun allí en lo que queda de esta, podemos ver la placa que nos dice que en ese lugar nació en 1792 el presidente más joven de la historia de nuestro país, esta placa lucha por sobrevivir entre un parqueadero de motos, un punto de comidas rápidas y una venta de frutas que está justo en frente, aunque tal vez nuestra indiferencia sea su peor enemigo.
Por: Juan Felipe Gómez Franco Subsecretario de Tesorería Alcaldía de Rionegro