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Técnica, paciencia y estética, así se crea un tatuaje

  • Las hipótesis acerca de los orígenes del tatuaje son muchas: en Perú, por ejemplo, existen momias que datan de dos mil años antes de Cristo, y en cuyos restos encontraron marcas alrededor de sus labios. En Egipto se utilizaba el petróleo extraído de la tierra para bordear el contorno de los ojos. El yakuza japonés y el maorí neozelandés también son muestras de que el tatuaje está presente en la humanidad desde los ancestros.

    Sin embargo, como se conoce hoy, el tatuaje es realizado con máquinas de bobinas. Estos elementos aparecieron a finales de los años 1800 y son, aunque evolucionadas, las mismas utilizadas en la actualidad para convertir la piel en lienzos que portan significados hechos con tinta.

  • Federico Vásquez, un reconocido tatuador santuariano, le contó a MiOriente cómo es el proceso de creación de un tatuaje, desde lo técnico hasta lo estético. El tatuador mencionó que “básicamente es una inyección de tinta sobre la piel por medio de una máquina". ¿Pero cómo funciona, y cómo obtener resultados estéticos?

    La Técnica

    La máquina de bobinas, compuesta también por un pedal, lleva a través de este la electricidad para que funcione. El pedal es controlado por el tatuador, y necesita entre 6 y 12 voltios de energía únicamente, para que la aguja con tinta suba y baje en repetidas ocasiones, entre mil y dos mil veces por minuto. “Su repetición es lo que hace que pequeñas gotas de tinta queden impregnadas en la piel”, cuenta Federico.

    La piel de los seres humanos tiene varias capas, la dermis es la segunda capa y está ubicada aproximadamente a un milímetro de la primera. Sobre la dermis cae la tinta, porque “es más estable celulosamente y permite que el pigmento dure más. Cuando un tatuaje se hace sobre la primera capa es cuando tiende a borrarse o a perder calidad”, indica el tatuador santuariano. De igual manera “hay que tener cuidado con la profundidad porque se puede llegar a la subdermis y el tatuaje puede sufrir malformaciones”.

    Los pigmentos que hacen visibles las líneas en la piel “son a base de metales, por ejemplo el color negro tiene carbón, el amarillo tiene sulfito de cadmio, el azul un poco de cobalto; obviamente en pequeñas cantidades para que no sea tóxico”, indica el artista plástico.

    La estética: “El que no lo hace en el papel, mucho menos lo va a hacer en la piel”.

    Aunque la calma y la paciencia tienen que ser herramientas infaltables a la hora de realizar un tatuaje, según Federico, para “plasmar el arte en la piel hay que tener también conocimiento”. Lo principal es realizarlo sobre un papel y saber qué es lo que va a quedar finalmente en la piel.

    Para señalar la piel, con el diseño definido y hecho por el tatuador, se utiliza un papel de calco, o esténcil que permite seguir la línea con el punteo de la aguja que transporta la tinta. “El tatuaje se va llevando por partes, siguiendo la línea con calma. Por esto la importancia de haberlo dibujado antes, porque el dibujo es de quien lo está tatuando y así se puede garantizar un buen resultado”, enfatiza Vásquez, quien ha ganado diferentes premios en festivales de tatto.

    El éxito del resultado de un tatuaje está en que el artista sepa lo que está plasmando, porque como dice Federico: “la piel no es como un papel que puede arrugarse, botarse y ya”.

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