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Memorias de San Carlos

  • Este municipio del Oriente antioqueño conmemora nueve años de la última masacre que cometieron los grupos armados en su territorio.

    Nueve años. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve… Es el tiempo transcurrido; una partecita del dolor. El 29 de enero de 2005 paramilitares del Bloque Héroes de Granada llevaron a cabo la masacre de El Vergel, la última –de 33 en las dos décadas pasadas- que recuerdan en San Carlos perteneciente al fuerte período de conflicto armado. Sucedió, dicen algunos miembros de la comunidad que lo padecieron, cerca de donde se encontraba el Ejército.

  • Las masacres hicieron parte de la estrategia de guerrilla y paramilitares. ¿Qué estrategia? La lucha pareció no ser entre ellos sino contra la población civil. Cerca de 20.000 de las 25.840 personas que habitaban San Carlos abandonaron su pueblo entre 1985 y 2010 (en el Oriente 125.071 personas fueron desplazadas entre 1997 y 2004). Con el desplazamiento, las masacres, los “asesinatos selectivos”, los armados persiguieron el control de un territorio con un alto valor geoestratégico.

    En el libro San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra, elaborado por investigadores del Centro Nacional de Memoria Histórica –CNMH-, los recuerdos, la memoria, duelen, desgañitan el alma. (Descargue aquí)

    Allí nos cuentan que en 20 de las 73 veredas y en sus tres corregimientos (El Jordán, Samaná del Norte y El Chocó) hubo masacres. Con estas, dice el informe, los paramilitares querían demostrarle a la población la incapacidad de la guerrilla para protegerlos. Las Farc, por su parte, aplicaron este método como estrategia de retaliación frente a las acciones de los paramilitares.

    Agregan: “el terror era funcional a la amplificación de este mensaje, y fue usado por los paramilitares como recurso expedito para lograr resultados en el corto plazo. Operaron desde una racionalidad apoyada en la urgencia de hacer una guerra relativamente corta, muy sangrienta y degradada, pero lo suficientemente eficaz como para consolidarse en un tiempo breve como un poder político-militar. Las masacres de La Holanda, el Chocó y El Vergel respondieron a esta lógica”.

    El relato, como lo hace San Carlos. Memorias del éxodo en la guerra, es una manera de repasar, de no olvidar, de mirar hacia el frente. Enfrentarse a sus páginas es una oportunidad para entender el conflicto armado en la región. Conmemorar lo que sucedió hace nueve años no es abrir una herida. Callar no implica cerrarla y mucho menos sanarla. El poder de la palabra, de la historia, del relato de los verdaderos protagonistas, las víctimas, nos acerca a un pasado que duele y que fortalece.

    El libro sobre San Carlos es apenas una manera de hacer memoria sobre lo sucedido. A esta se le suman otras propuestas, entre ellas la de Juan Alberto Gómez Duque, quien, junto con el CNMH, elaboró unas piezas sonoras enriquecidas con diálogos propios de los campesinos, con historia, con sonidos y sueños y preocupaciones sobre el drama que ha vivido el municipio en el último medio siglo (Escuchar aquí)

    Esta propuesta hace parte del material didáctico que conocen los estudiantes en sus colegios. Todo por una razón sencilla: nunca más. Conocer la historia para no repetirla.

    La subregión embalses del Oriente produce el 33% de la energía eléctrica en el país. El conflicto armado arribó una vez la riqueza hídrica del territorio fue aprovechada y los grupos armados se vieron atraídos. Para los sancarlitanos su territorio fue lugar de disputa una vez el “desarrollo” llegó allí. Desarrollo-violencia consolidan una relación indisoluble.

    La historia se repite una y otra vez y los intereses económicos prevalecen. Hay indisposición entre algunos habitantes de San Carlos por la licencia que Cornare concedió al proyecto de Microcentral Hidroeléctrica La Chorrera (Lea la noticia aquí) Las voces que nacen entre la comunidad parecen no tener asidero. La historia vuelve. Un nuevo desplazamiento. Con cada licencia regresan los fantasmas del pasado, las fuerzas oscuras que amenazan y que obligan a guardar silencio y abandonar la morada con toda su historia y los sueños de futuro. No solo San Carlos, el Oriente está en subasta. Abundan los proyectos mineroenergéticos. Algunos mandatarios sonríen. Dinero.

    Lean el libro sobre San Carlos, así entenderemos el pasado y el futuro que nos prometen, en una tierra en subasta en donde sus habitantes parecen ser lo menos importante.

    *Juan Camilo Gallego Castro es autor del libro Con el miedo esculpido en la piel. Crónicas de la violencia en el corregimiento La Danta, proyecto ganador en crónica de la Primera Convocatoria de Estímulo al Talento Creativo-Antioquia 2012. También es periodista, especialista en derechos humanos y derecho internacional humanitario de la Universidad de Antioquia y estudiante de la maestría en Ciencia Política del mismo centro universitario.

     

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