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Pedazos de la historia de mi pueblo

  • Por: Felipe Vélez Pérez - Historiador Universidad Nacional

    En el año 2013 salió de imprenta un nuevo libro sobre la historia de Rionegro: Pedazos de la historia de mi pueblo. Su autor, Jesús Gonzalo Martínez Cardona, director de la Biblioteca Pública Baldomero Sanín Cano, aprovechó la celebración del sesquicentenario de la Constitución de 1863 para recordar algunos sucesos importantes de aquella época pasada. Por eso, los “pedazos” de historia que se encuentran en el libro señalan, principalmente, aspectos, detalles, anécdotas, acontecimientos y curiosidades ocurridos en esos tres meses de reunión.

  • Aunque algunos capítulos del texto se refieren a aspectos generales de Rionegro y a antecedentes y consecuencias de la firma de la mencionada Constitución, la mayor parte del escrito ofrece algunos apuntes para conocer cómo fue el desenvolvimiento de las sesiones, en qué lugares sucedieron los años, quiénes fueron los participantes, qué se aprobó, qué se rechazó y, en últimas, qué tanto cambió el país y el municipio después de aprobada la carta política el 8 de mayo de 1863.

    El libro comienza con un prólogo de John Jairo Tobón L., sigue con una introducción del autor y termina en el capítulo 17 señalando el significado del municipio como baluarte de la historia y del patrimonio cultural del país y de sus ciudadanos. En su introducción, Jesús Gonzalo menciona una frase de esencial importancia: “este trabajo es un gesto de confianza en la historia como instrumento tutelar del pensamiento para la acción de los hombres en el presente y la positiva proyección de sus sueños”. De allí que merezca la pena acercarse al texto, leerlo, interrogarlo, criticarlo, consentir con él y disentir en el mismo sentido, cuando sea preciso.

    Es importante señalar, como el mismo autor refiere, que el libro está enmarcado en una historia localista y tradicional, que busca dar cuenta de aspectos referentes a los valores cívicos de los ciudadanos, al patriotismo, a las gestas gloriosas de unos pocos hombres y a los remanentes tangibles e intangibles de esos sucesos; pongamos la Casa de La Convención como un remanente tangible y el “liberalismo” rionegrero como un remanente intangible. Esto invita a pensar el porqué de esa permanencia y el trasfondo histórico-político que soporta el presente en esos aspectos y con esos detalles.

    De manera personal aplaudo a Jesús Gonzalo por su trabajo y por su esmero y confianza en la promoción de la historia municipal. Tejer memoria es fundamental para los seres humanos; quizá ayuda a lidiar con el fantasma de la prematura muerte colectiva que subyace a cualquier grupo o a cualquier sociedad.

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