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Los linotipos del poder

  • Me parece tener la certeza que lo que voy a escribir todo mundo lo sabe, pero no lo tiene presente; esto según el cotejo profuso que uno hace de las personas del cotidiano.

    Hace algún tiempo le leí al brillante Álvaro Salom Becerra en una novela de época llamada "El Delfín" -que por inocente casualidad se parece a la realidad de este país- que las mentes del populacho bogotano estaban siempre "sincronizadas" con los linotipos de un periódico con un nombre que no recuerdo, pero que evoca, sin lugar a dudas, a El Tiempo.

  • En la actualidad, la mayoría de personas en el territorio colombiano tienen acceso a cable, TDT, internet y están sincronizados con el Twitter o el Facebook de los canales de los noticieros nacionales  ̶ me sigo preguntando estupefacto de dónde sale la gente que vota en las encuestas de los noticieros-. Todos los medios en la historia bananera han manipulado tanto las mentes como la información desde que el generalísimo Rojas Pinilla, dueño de un armadillo por mascota en la casa presidencial, trajo con la ayuda de la BBC de Londres, la caja tonta, digo, la televisión al trópico.

    Retomando, lo que quiero decir y que ya saben, como enuncié al principio, es que durante ese tiempo, específicamente y para no faltar a la verdad, desde el año 1964 se le ha dicho a la gente a través de los linotipos del medio de comunicación de turno, que los culpables de nuestro atraso y rezago económico, administrativo y cultural han sido las FARC (en parte lo son) y la gente aun en medio de un proceso de paz, si bien maltrecho, que se implementa a bandazos, lo sigue creyendo. No justifico a los sediciosos, ni al taimado acuerdo, ni mucho menos al pueblo ignaro, simplemente digo que el tal proceso de paz es una oportunidad de cambio de rumbo, de experimentar nuevas fórmulas políticas o sociales cambiando el contexto.

    Un ejemplo práctico de lo anterior sería la encrucijada insospechada del plebiscito del 2 de octubre del pasado año en el que yo vote Sí, pese a que no me gustaba el acuerdo, pero vote Sí para ver qué pasaba cuando se extinguiera la excusa, el lugar común de la oligarquía y los medios, de que las guerrillas comunistas son culpables de la defenestración nacional.

    Cuando de voluntario me dejo lavar el cerebro por el duopolio desinformativo de los noticieros nacionales, constato que estos se reinventaron y buscaron otro chivo expiatorio; los ataques guerrilleros a la infraestructura y a la población civil y la amenaza comunista habían desaparecido de los titulares y las primicias. Sin embargo, sigo viendo la misma inseguridad, violencia y delitos que siempre han mojado la prensa; como lo vienen haciendo desde la colonia. Solo que la delincuencia común y la violencia callejera o familiar no alcanzan para explicar las situaciones de desempleo, carencia de atención en salud y el nulo acceso a la educación, a la cultura, a la formación y a las oportunidades de desarrollo; estos solo están ligado al problema guerrillero.

    Ahora bien, todos sabemos que el problema en Colombia no son las guerrillas, y asombrosamente, tampoco los políticos, el problema siempre hemos sido y seremos el pueblo, la gente, el vulgo que sale con joyas tales como proponer una marcha en contra de la leonina reforma tributaria; que por cierto resulta siendo virtual.

    Pero falta pulir la joya. En Medellín se hizo una marcha en contra de los perros "potencialmente peligrosos". En la técnica de ese tema no me meto ya que conservo posiciones distintas, no tengo espacio y no tengo perro. Lo que remarco es que es más prioritaria una movilización con motivos animales que una iniciativa social en contra de una reforma que nos flagela. Empero, nada de eso importa, el problema son las FARC porque así lo dicen los linotipos Caracol y RCN, quienes cada que “Timochenko” suspira sacan a relucir su prontuario y el de la guerrilla, para tenérselo fresco a la teleaudiencia.

    Esta cultura política del desprestigio se ha tomado los medios. Basta recordar lo que el ilustrado Eduardo Caballero Calderón solía decir: "los medios de comunicación suelen mentir de 3 formas: por omisión, por exageración y por tergiversación". ¡Lo que me deja impávido es la capacidad de los medios colombianos de mezclar los tres en una sola noticia! Ítem más, quedo atónito cuando en estos "noticiarios" (jajaja) se le muestra a la gente cómo la oligarquía y sus contratistas amañados ejercen la corrupción y el clientelismo en nuestras narices y nadie dice nada, nadie mueve un dedo.

    Por lo anterior, y por consiguiente, yo también me quedé en casa el día de la supuesta marcha de indignados, ya que "intuía" el fiasco y tenía como referentes las movilizaciones de los estudiantes en 2011, las motivadas por el plebiscito, entre otras. A fin de cuentas este país, como diría el Holandés Errante: "va directo al oscuro abismo" y nos arrastra a todos con él. No obstante, presentando conclusiones menos oscuras, insto a los lectores a dejar de ver estos noticieros, o por lo menos a verlos con sentido amplio y crítico. Entre sus prioridades deben ubicarse hacerle saber a las administraciones locales, por ejemplo del Oriente, que deben preocuparse más por temas como la salud (hospitales, IPS e indumentaria), la seguridad ciudadana y los servicios públicos, que por elucubraciones del fantasma comunista que nunca existió.

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