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El maltrato animal

  • Por: Daniel Castro

    @jdanielcastroo

  • En la actualidad vivimos, de manera inmutable, en un clima de inseguridad e incertidumbre. La violencia se expresa de formas relacionadas entre sí.

    El maltrato animal es, a la vez, un factor que predispone a la violencia social y, al mismo tiempo, una consecuencia de la misma. Forma parte de la cascada de la violencia que nos va alcanzando a todos como individuos y como sociedad.

    Entendemos violencia como “un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otros". Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, quienes en nuestras parcelas buscan protagonismo y evaden constantemente los controles judiciales.

    La crueldad es “una respuesta emocional de indiferencia o la obtención de placer en el sufrimiento o dolor de otros, o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento; ha sido considerada un disturbio sicológico".

    Una persona que abusa de un animal no siente empatía hacia otros seres vivos y tiene mayor riesgo de generar violencia hacia otras personas. La Asociación Siquiátrica Americana lo considera como uno de los diagnósticos para determinar desórdenes de conducta.

    La crueldad origina violencia, y la violencia, delincuencia. En un estudio hecho en Estados Unidos se comprobó que no todos los maltratadores de animales se convierten en asesinos en serie, pero todos los asesinos en serie tienen antecedentes de maltrato a animales (Gena Icazbalceta).

    Tomando en consideración todo lo anterior, solamente podemos llegar a la conclusión de la imperiosa necesidad que existe en el municipio de La Ceja de la implementación de políticas públicas que regulen las cabalgatas, no aducimos que en todas estas atmósferas se presente maltrato animal; pero en un 100% de este tipo que actividades que se involucra el licor sucede el lamentable episodio.

    Son muchos los planteamientos y lo ocurrido la noche del 23 de Septiembre en las afueras del municipio, se cataloga como la hecatombe; escenarios donde se ven involucrados funcionarios públicos. Maltratos donde la fuerza pública no se hace presente y después de constantes y repetidas llamadas asiste al lugar de donde habían migrado los “caballistas”. Jinetes alicorados que se convierten en bestias al volante; recapitulamos las frases de una sabía abuela que evidencio los hechos “a un animal, no lo puede manejar una bestia”, queda el precedente de porque le practican prueba de alcoholimetría a un conductor y no está reglamentado o estipulado para estos irresponsables.

    Las cabalgatas como eventos se vislumbran con buenos ojos, pero cuando aparece el licor; surge la inminente necesidad de prohibir este tipo de actividades. Cabe rememorar que en el cuatrenio inmediatamente anterior por las calles del municipio no se padecía de este tormento.

    La polémica radica en el maltrato al que son sometidos, que en muchos casos termina con lesiones irreversibles y hasta con la muerte de los animales.

    Colofón: es inadmisible que los teléfonos de los funcionarios encargados de la seguridad de este municipio, repiquen de manera inalterable, sin tener donde reportar las anomalías e ineficiencia la Policía Nacional.

    Administrador de Empresas

    Docente Universitario

    Analista Deportivo

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