Un proceso de fabricación de ladrillos ecológicos en Antioquia obtuvo la patente de invención por parte de la superintendencia de Industria y Comercio. El proyecto nació hace más de dos años en la Universidad de Medellín y tuvo que esperar a que una firma legal investigara y confirmara que en ningún lugar del mundo se había desarrollado la máquina antioqueña.
Según indicó a medios regionales el líder del proyecto, Mario Alberto Luna del Risco, “hasta ahora los ecoladrillos se elaboraban artesanalmente. Es decir, dentro de una botella pet —como aquellas de gaseosa o de agua— se introducían los residuos, principalmente bolsas plásticas, compactándolas con algún palo, lo cual dificulta que el ecoladrillo quede con la rigidez necesaria para no ceder al ser usado en alguna construcción".
La invención, en cuya creación intervinieron también los docentes Sebastián Villegas Moncada y Carlos Andrés Arredondo Orozco, y los estudiantes Santiago Saldarriaga Escobar y José Daniel Uribe Guarín, es un dispositivo que despliega cuatro brazos dentro de la botella que permiten que en su interior se compacten más de 50 bolsas plásticas. Esa presión se genera por medio de una palanca que distribuye mejor las fuerzas. “La máquina no usa electricidad sino que es mecánica, se acciona manualmente”, indicó Luna.
En Medellín se recogen cerca de tres toneladas de basuras al día, una parte de este material puede implementarse para la fabricación de ecoladrillos, hecho que permitiría incrementar la tasa de aprovechamiento y reducir la cantidad de residuos que llegan al relleno sanitario. Esto sumado a lo que Héctor Jaramillo, reciclador, le dijo al diario El Colombiano: “botellas plásticas que la gente deja tirada en la calle es de lo que uno más se encuentra”.
