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“Se hiciere un repique general de campanas y se soltasen tiros de pólvora en esta Plaza Mayor”

  • Hace 205 años Rionegro se emancipó de la Corona Española, para conmemorar esta importante fecha, el historiador y director del Museo Histórico Casa de la Convención, escribió un breve contexto sobre este suceso.

    Por: Carlos Andrés Zuluaga Marín
    Historiador - Director del Museo Histórico Casa de la Convención

  • El Acta de la Independencia de Rionegro  fue uno de los hechos más importantes del anhelo de libertad de los pueblos de Colombia, ya que fue el primer precedente para la Independencia Absoluta de Antioquia y la tercera población en declararla. El Acta reconocía públicamente al Soberano Congreso representativo de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. De hecho, la siguiente declaratoria tuvo que esperar hasta el 11 de agosto de 1813 para proclamarse en la Ciudad de Antioquia. Esto realmente expresa la intención de los Rionegreros de romper las cadenas del yugo español mucho antes que cualquier otro lugar en el Reino, comparándose tan sólo con la hermana ciudad de Santa Cruz de Mompox y la ciudad de Cali.

    El Acta reza de esta manera:

    Rionegro, febrero siete de mil ochocientos trece.

    Reunidos en esta Sala Consistorial los señores que componen el senado de ella a efecto de jurar y reconocer públicamente el Soberano Congreso solemnemente instalado en el Nuevo Reino de Granada, como representativo de las Provincias Unidas. En su consecuencia, el Señor Presidente le recibió juramento a la Corporación y a los Señores: Administrador Principal de Tabacos, Don Pedro Franco Carvajal;  Oficial Mayor, Interventor de la Renta, Don Francisco de Villa, y Tercerista Don José Pablo Ruíz; Administrador de Correos, Don Sinforoso García; Alcalde de la Hermandad, Don Sebastián Echeverri; El Señor Vicario, Don José Miguel de la Calle. Por este solo acto para no interrumpir la intervención. El Señor Cura Don Ignacio Bernal. Don Baltasar de Salazar, Teniente del Destacamento de esta Ciudad, y Don José María Jaramillo, Subteniente del fijo de Medellín, que lo hicieron cada uno según su fuero, diciéndosele: juráis reconocer y obedecer al Soberano Congreso legítimamente instalado en las cosas que sean de su inspección y resorte? Respondió: Sí Señor, y demás cuerpos. Sí juramos. Y les fue dicho: Si así lo hicieres, Dios los premie y si no os los demande como quien jura su Santo Nombre en vano. Y repusieron, Amén.

    Concluido este Acto, mandó Su Señoría que en señal de regocijo por tan plausible acontecimiento, se hiciere un repique general de campanas y se soltasen tiros de pólvora en esta Plaza Mayor, lo que así se verificó. Con lo que concluyó esta Acta con el objeto de pasar al Templo a solemnizar la función. Lo firmó que por ante mí Doy Fe. Baltasar Salazar.

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