Muy seguramente Jhoan Alexander Ramírez, un humilde campesino del municipio de La Unión nunca imaginó que su solidaridad lo llevaría a Brasil. A sus 15 años recibirá una condecoración que en este país realizarán a la Gobernación de Antioquia y autoridades colombianas que participaron en la búsqueda y rescate de las víctimas del accidente aéreo ocurrido el pasado 28 de noviembre, que dejó 71 personas muertas.
“Me siento muy orgulloso por saber que voy a ir a Brasil a representar a Medellín”, relató el adolescente, que la noche del accidente del avión de la aerolínea LaMia, en cerro El Gordo, muy cerca del rancho en el que vive con su padre, no dudó en ponerse sus botas, abrigarse y correr al sitio del siniestro para ayudar en el recate de los sobrevivientes.
El Gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, fue quien decidió que este jovencito era la mejor representación del departamento en este evento de reconocimiento del país brasilero a los colombianos, y por esto, en carta enviada al Embajador de Brasil en Colombia, Julio G. Bitelli, le solicita al gobierno de la República Federativa del Brasil, que la condecoración que le va a ser otorgada en el Palacio de Planalto en Brasilia este viernes 16 de diciembre, la reciba en su nombre el niño Johan Alex Ramírez, “quien esa noche colaboró oportuna y eficazmente en las tareas de rescate”, dice la misiva.
El adolescente planea realizar el viaje este jueves y aunque siente un poco de temor por viajar sin compañía de algún pariente, no se le pasa por su cabeza perderse esta oportunidad que se le presenta, aunque en su memoria permanece lo vivido la noche del 28 y la madrugada del 29 de noviembre pasado, cuando puso a prueba su valentía, humildad y solidaridad.
“El avión cayó a las 9:50 de la noche, nosotros escuchamos el estruendo y donde estábamos durmiendo se movió el rancho pero mi papá y yo nunca pensamos nada malo. A las 11:00 de la noche nos dimos cuenta por los medios de comunicación que se había perdido el avión de Chapecoense pero nosotros no creímos que era tan cerca; a los 10 minutos empezaron a llegar los bomberos los policías, las ambulancias y entonces mi papá se levantó vio que todos los bomberos estaban yendo hacia la torre y me levantó”, relató el menor.
Jhoan y su padre tampoco pensaron jamás que los cultivos de fríjol, arveja, tomate y papa se convertirían en el camino más fácil y rápido para que se salvara la vida de seis personas, sobrevivientes de una tragedia que se quedará en la historia.
“Los socorristas iban a sacar a los rescatados por el monte y tenían que tumbar árboles, era muy demorado y posiblemente no hubiera sobrevivientes. Mi papá y yo como conocíamos un camino más fácil se los dijimos, éramos guías, alumbrando y ayudando en lo que más podíamos”, concluyó Ramírez, quien por ahora no sabe mucho del viaje que emprenderá, pero que lo tiene muy feliz.
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